043 – Volviendo al tema de China… La ciudad prohibida (I)
ByNos levantamos temprano ya que queríamos llegar justo a la hora en la que abrían, para evitar los agobios. Llegamos una hora más tarde, muy en nuestra línea, y tuvimos que soportar alrededor de una hora de cola para sacar los billetes bajo un sol de justicia que luego nos daríamos cuenta que no volveríamos a ver. También nos decidimos a entrar por la puerta principal, que es la más frecuentada, pero el ir hasta otra de ellas seguramente nos habría costado el mismo tiempo. El precio de la entrada son 90 Yuanes (con eso podría comer durante 3 días), y no hay carnet de estudiante que valga, aunque hayas dedicado un par de horas para hacértelo en Photoshop…

Muestra del tiempo que nos hizo «solo» ese día
La primera impresión es indescriptible, estás en uno de esos lugares que siempre has querido visitar, aunque con otro millón de personas. El tamaño del primer patio te sobrecoge, y aunque haya gente a cascoporro la plaza te parece vacía. Cruzas uno de los 5 puentes sobre el canal que atraviesa el patio mirando hacia todos los lados, y llegas a la «Puerta de la suprema armonía», vigilada por los enormes leones de bronce.

Primer patio

Puerta de la suprema armonía. Y Leo
El siguiente patio no tiene nada que envidiar, incluso lo supera en tamaño, dejando una vista sin igual del «Hall de la suprema armonía» sobre sus varios niveles de escaleras, elevándose casi en el centro del palacio sobre el resto de edificios. Era el lugar donde se coronaba a los emperadores y se celebraban actos oficiales, de ahí la importancia que parece tener sobre el resto de las edificaciones y la impresionante visión que supone al recorrer el eje de la ciudad prohibida. Junto al mismo edificio, pueden observarse diversas figuras de bronce, así como inciensarios y los siempre presentes recipientes gigantes donde se guardaba el agua para apagar posibles incendios.
Tras el Hall de la suprema armonía están situados el «Hall de la completa armonía» y el «Hall de la conservación de la armonía» (por armonía va a ser…). El primero de ellos un pequeño edificio que servía de antesala y el segundo más grande que da una magnífica sensación de simetría con el de la suprema armonía. Dado que estos últimos edificios servían a menudo para recibir a ilustres visitas, en ellas pueden encontrarse varios tronos donde se sentaba el emperador.
Tras el paseo por los grandes patios y pasando junto a la gran «losa de los dragones» se llega al «Palacio de la pureza divina», el «Hall de la unión» y el «Palacio de la paz terrenal, otro bonito conjunto de edificios donde se va reduciendo el tamaño de los patios anteriormente visitados y que da acceso a la parte menos famosa de la Ciudad prohibida, aunque en mi opinión de indispensable visita, ya que en ella se pueden encontrar muchos de los más curiosos edificios que pueden verse dentro de estas murallas.
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