102 – Shanghai también tiene parte vieja (y con algún que otro «pintxo»…)

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Cerquita del Bund, a unos minutos de paseo, se encuentra la parte antigua de Shanghai. Actualmente aún conserva su forma redondeada, originalmente amurallada y rodeada por un foso para evitar el asedio de los piratas japoneses. La zona queda delimitada por las calles Renmin Lu y Zhongua Lu al Norte y Sur respectivamente y es dividida en dos por la calle Henan Lu.

La zona es completamente local, casitas bajas y comercios para principalmente gente autóctona, Shanghai en la esencia más pura. No os extrañéis si por estos lugares se cumple el mito chino de ver a gente en pijama por la calle.

Dentro de la propia parte antigua, sobresalen los jardines de Yu Yuan y sus alrededores (también llamado Yu Yuan Market).

El paisaje cambia por completo. Las casitas humildes dejan paso a construcciones de madera con elaborados ornamentos, una manzana que te traslada a otra era en la que los problemas se solucionaban a espada. Aunque dicho espectáculo arquitectónico tiene también una penalización, que es el abrumador gentío que visita cada día este pequeño pedazo de historia, 100.000 personas diarias, comentan.

Viendo el afluente de visitantes, y como es de esperar, a los grandes visionarios del negocio los ojos les hacían chiribitas, por lo que hoy el lugar está repleto de tiendas de souvenirs y restaurantes. Esto me hacía recordar la calle Quianmen de Beijing, la cual a su vez me recordaba en su totalidad y falta de naturalidad a un parque temático, aunque es innegable que dicho barrio es digno de visitar. A pesar de esto, muchos de los edificios de esta zona de Shanghai datan de la dinastía Ming (al igual que el parque) aunque hayan sido completamente restaurados.

Dentro del abarrotamiento de gente hay varios puntos de interés. El primero sería la casa de té Huxinting, un icono de la antigua Shanghai. Situado en el centro de un estanque, y rodeado de clásicos edificios tiene un puente zigzagueante que lo atraviesa. “El Puente de las 9 Curvas” (los números impares son números afortunados en China, y sobre todo el 9, que se repite en murales, dibujos y adornos), según la creencia china ayudaba a ahuyentar a los malos espíritus, ya que estos tan solo podían andar en línea recta. Una visita obligada, ya que la espectacularidad de la construcción así como su entorno harán que no pares de mirar a tu alrededor.

Junto a la casa de té está el templo de la ciudad (City Temple, City God Temple, Old City God Temple o Chenghuang Miao), un templo pequeñito y perfectamente integrado con el entorno. El templo data del siglo XV y puede considerarse como la razón por la cual a su alrededor se desarrollo tanto comercio, ya que el objetivo primordial era dar respuesta a la multitud de peregrinos que venían al mismo.

Y por último la razón principal por la cual hay que visitar este lugar en concreto: El jardín de Yu Yuan, uno de los jardines más famosos de toda China.

En el siglo XVI, durante la dinastía Ming, un funcionario decidió construir este jardín a imagen de los jardines imperiales y regalárselo a su padre, ya que era demasiado mayor para viajar hasta la capital. Posteriormente la familia cayó en bancarrota y el jardín fue abandonado por muchos años, hasta su restauración en 1957 junto con el barrio que lo rodea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Y qué puede verse en el jardín? Bien, es conocido por ser uno de los jardines más completos, el que más elementos de los jardines tradicionales chinos reúne. ¿Y qué se yo de jardines chinos? Pues absolutamente nada, pero esa no es razón para que yo o cualquiera que lo visite pueda disfrutar de él. Tras cada estanque, cada puerta, muro o al doblar la esquina de un camino no deja de sorprender su variedad. Las fotos lo explican mejor que yo…

 

 

 

 

Dos hectáreas de parque en la que pueden verse pequeñas construcciones, estanques, jardines de piedra y una gran diversidad de vegetación. Todo realmente bonito, y aportando una tranquilidad que contrasta con la zona exterior de sus muros.

Una visita imprescindible en Shanghai, educativa y divertida a la vez, que bien vale la declaración de monumento nacional que tiene. Si tienes tiempo  para perderte un rato, quieres ir de compras (aviso que no es la zona más barata) y probar unos de los plátos típicos de Shanghai (increible variedad de «dumplings»), no te lo pierdas.