058 – Hua Shan
BySi no lo hubiéramos visto en The Amazing Race (programa que solíamos ver en Sony TV) no se si le hubiéramos puesto el ojo a Hua Shan, tal vez nos habríamos quedado haciendo turismo urbano por Xi’an, pero estando a menos de una hora es un lugar mágico al que hay que ir sí o sí.
Total, que ya nos habíamos informado el día anterior. El autobús salía a las 7 de la mañana desde en frente de la estación de tren, madrugón y algo para desayunar por el camino. Nosotros cogimos el autobús «oficial» por 22 Yuanes, aunque también hay autobuses privados (parten de unos 30Yuanes, pero el precio puede regatearse) que te llevan al mismo sitio, aunque nadie los aconseja (después nos enteraríamos del porqué).
El autobús te deja en un parking a la entrada del recinto, que al parecer es algo como un parque natural. Desde aquí tienes que compara otro billete para subir en otro minibús hasta la base de la montaña. La entrada y minibús son 120 Yuanes, photoshopeándote un carnet de estudiante 60, los 20 minutos empleados quedan amortizados. Y ya en la base se coge el teleférico por 150 Yuanes (135 para la chavalería con carnet) que te lleva hasta arriba. La ascensión también puede hacerse a pie, y dicen que es espectacular, pero andando justillos de tiempo decidimos no hacerla. Para ello se aconseja dormir en el pueblo en la base de Hua Shan y partir temprano para afrontar las varias (4 creo recordar) horas de ascenso por unas interminables escaleras y ver amanecer en la cima… otra vez será…
El llegar se nos hizo algo complicado, por suerte, una señora y sus dos hijos iban allí y nos ayudaron en todo, y en un perfecto inglés que hizo que me avergonzara de mi propio nivel. Según nos explicó, había vivido durante muchos años en Inglaterra.
¿Y todo esto para qué? ¿Qué es Hua Shan? Pues es nada más y nada menos que uno de las 5 montañas sagradas de China, teniendo un templo taoísta en su cima (y bares y hasta un hotel) y famosa también debido a la peligrosidad del ascenso. 13 personas nos dijeron nuestros guías particulares que habían muerto el año anterior en su cima, y se sospecha que el gobierno Chino oculta las cifras reales (para variar).
Bien, dicho esto, decir que algunas de las zonas por las que anduvimos son impresionantes, pero en ningún momento tuvimos miedo de caernos al vacío. Seguro que esas zonas existen, y que la gente se mata, pero en mi opinión una vuelta por Hua Shan más visitada es de lo más segura, por lo que también completamente aconsejable.
Una vez arriba, no creas que todo está hecho, ya que la montaña consta de 5 picos, uno por cada punto cardinal y otro central, todos visitables si te sientes con ganas y tienes todo el tiempo del mundo.
Y es que prácticamente todo impresiona en Hua Shan. Su situación, los innumerables acantilados, las escaleras imposibles, los millones de lazos rojos y candados cada uno con un deseo,..
También he comentado como en lo alto hay bares e incluso algún hotel. Pues bien, el acceso para estos es el mismo por el que vas tú, por lo que puedes ver como unos señores, armados solamente con unas tablas en sus hombros, suben desde bebidas y comida hasta bombonas de gas, a mi me parecieron superhombres. Y si alguno está de humor incluso se pega un baile y unos cánticos.
Todo un día en Hua Shan cansa, y sobre todo si el sol pega fuerte, pero terminas con una sensación agradable, ya que no hay muchos sitios parecidos en el mundo.
Dejo unos links que seguro dan más impresión que mis fotos:
Espectacular lo de estas montañas. Como se las ingeniaron para construir los templos tan arriba y con esas escaleritas esculpidas en la roca, un lugar increible.
Espero que se conserve con el paso del tiempo y no llegue a ser explotado en exceso para que no pierda el encanto 🙂
Un saludo!
Yo también me pregunto como han hecho todo eso, sobre todo cuando no había teleférico! 😉
En cuanto a lo de la explotación, entre los extranjeros quizá no es tan conocido como los guerreros de terracota, pero entre los chinos es un lugar famosísimo y está a reventar de gente, creo que ya es tarde para no sobreexplotarlo…
Un abrazo!