Fue ayer cuando finalizó por completo el viaje físico a México. Tan solo el físico, ya que mentalmente tardaré aún varios días en aterrizar. Tan solo el físico, ya que por medio del blog estoy decidido a contar todo lo que vivimos. Tan solo el físico, ya que otra pequeña parte de mi cabeza se queda en aquellas tierras. Y no completamente del 100% del físico, ya que espero que esa pequeña parte de mi espinilla siga viajando en la cola del tiburón ballena que decidió dejarnos atrás en un par de movimientos.

Iré narrando el viaje, mientras ordeno en mi mente todos los vendedores del metro, los chiles en nogada, ruinas mayas y no mayas, rancheras en los colectivos, nuevas especies animales en mi retina, indígenas rezando con Coca-Cola, variantes del taco, el truco del «cojito», tipos de mezcal, Pakales y Serpiente-jaguares, gueys, chiles y jalapeños, y todas las caras amables que se han cruzado en nuestro camino.

A unos días del bicentenario de su independencia yo me uno… ¡¡¡Viva México!!!!