099 – Hong Kong. Welcome to the city of light (II)

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Tengo el blog un poquillo abandonado últimamente. Intentaré en breve terminar con China, para posteriormente comenzar con el viaje a México, que fue completamente diferente. Vallamos al tema…

Madrugamos, aunque no mucho. La bruma del mar aún cubría la zona entre Kowloon y la isla de Hong Kong, un cuadro muy diferente al que pudimos ver la noche anterior. Pasando largamente del metro nos decidimos cruzar a la isla mediante el Star Ferry, servicio para cruzar a la isla que lleva funcionando desde 1888 y que transporta a 26 millones de personas al año. Aparte, las vistas son indiscutiblemente mejores que las del metro :).

Llegamos a la isla y lo primero que sentí es como si me observaran, desde arriba, miré y allí estaba, la Two International Finance Centre, la torre más alta de toda la isla con 415 metros de ná. Da escalofríos desde abajo, por lo que imaginarme trabajando en una oficina del piso 90 tampoco me da mucha seguridad.

El objetivo de ese día no estaba claro. Teníamos un mapa de la ciudad y varios puntos que queríamos visitar, pero como uniríamos todo era una incógnita. Por ello nos dedicamos a lo que mejor se nos da: callejear, pasear, patear, dar vueltas…

¿Cómo describir Hong Kong? Si desde fuera parece una ciudad sacada de Blade Runner, por dentro no lo es menos, en ocasiones solo faltaba esa lluvia tan recurrente en la película para lograr el efecto completo. La cultura de la verticalidad unida a los puestos tradicionales chinos. Tiendas de ropa occidental vs. medicina tradicional china. La mayor concentración de entidades financieras en un país teóricamente de cultura comunista. Doblas una esquina y no sabes si encontrarás un Zara o un mercadillo de pescado seco. Pufff, mejor paseamos y disfrutamos de lo que hay…

Entre los gigantescos edificios también puede encontrarse algún templo como el de Man Mo, que te transporta tan solo al entrar a una China quizá más reconocible. Aunque no es muy grande, el ambiente que crean sus espirales de incienso hace que te relajes un poco del traqueteo de la ciudad. Un pequeño paréntesis para que la ciudad no te absorba.

Es sin duda una ciudad en la que se vive en un segundo nivel. La densidad de edificios obliga a que el tráfico se concentre entre los mismos, dejando un mínimo espacio vital para transeúntes, por ello se ha encontrado una fácil solución, pasar a las personas al segundo piso. De esta forma pasas por puentes sobre coches y tranvías, entras y sales de edificios, con centros comerciales o halls de hoteles, zigzagueando hasta llegar al lugar que marcaste en el mapa.

Hacía mucho, pero mucho calor, sumado a la humedad del lugar hacía que sudara como nunca antes lo había hecho. Y no era imaginación mía, las gafas se me empañaban cuando salía de lugares climatizados. Sentía lástima por las multitudes de ejecutivos-trajeados que tenían que resguardarse del sol, en el local más cercano al amparo del aire acondicionado.

No soy ningún experto pero la arquitectura siempre me ha interesado, y Hong Kong parece ser la meca para esta pasión. El mencionado Two Internatinal Financial Center de César Pelli (diseñador de las Torres Petronas en Kuala Lumpur o la torre de Cristal de Madrid), la torre del Bank of China de I.M. Pei (¿Os suena la pirámide del Louvre?) y el edificio del HSBC de “Lord” Norman Foster (para que explicar quien es él…) son grandes ejemplos en un mar de edificios, este último famoso por estar construido bajo directrices del Feng Shui.

 

Pero ¿Qué sería una ciudad sin zonas verdes? Y Hong Kong las tiene. Zonas muy interesantes, donde se pueden ver un jardín botánico, un zoológico público, un hábitat con pájaros tropicales, el museo del té y un lago etcétera.

 

No puede haber final mejor para una visita a la isla que subir al Victoria’s Peak, preferiblemente en tranvía para ver el anochecer desde allí. Realmente es hora punta, hay que tener paciencia para subir y quizá más para poder bajar, aunque no conozco persona a quien la vista pueda defraudar.

Un paseo de noche por Hong Kong con todos los edificios iluminados también te da otra imagen de esta ciudad sacada de la imaginación de algún autor de ciencia ficción, porque sin duda Hong Kong quedará en mi memoria como la ciudad de la luz.