117 – La sonrisa de un extraño
ByEse primer día en India, en Delhi, en el que mi mente estaba aún procesando el viaje y no sabía concretamente dónde estaba. Esos primeros días de viaje en los que la inercia del cuerpo te obliga a pararte para pensar qué hacer a cada minuto. Esa primera impresión, que reconoceré una y otra vez no fue buena, obligaba a la mente a pensar varias veces el ir o no ir, el hablar o no, el sacar una foto o acobardarse, el rendirse ya o aguantar…
Una mano toca tu hombro en una sala oscura y sobresaltado y sorprendido a medias te giras y solo ves una enorme sonrisa Una enorme sonrisa detrás de unas enormes gafas, invitándote a unirte a su anodino día mediante una foto.
Aprietas el botón, intentando descubrir que oculta esa mirada, a mi ojo borrosa tras ese grosor exagerado de lentes, solo consigues distinguir un brillo cálido, brillo que con los años estoy más convencido solo existe en la mirada de la «buena gente».
Le enseñas la foto y agacha varias veces la cabeza dándote las gracias y dedicándote una sonrisa aún mayor, sincera. Bienvenido a India, se disipa toda la niebla mental, estas en tu casa.
Gracias a ti, pienso, y la primera persona de India que te hace sentir cómodo en un país completamente extraño se aleja a esperar sentado su comida.
En el templo Sij, Sisganj Gurudwara de la Vieja Delhi, India.
Wow! Ayer viendo Gandhi la nostalgia se apoderó de mi. Se les hecha de menos.