061 – Guerreros de terracota. 7000 figuras velan por tu seguridad

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Fue en 1974 cuando unos campesinos cavando un pozo encontraron por casualidad lo que sería uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de toda China. Fue sobre el 210 a.C. cuando el emperador Qin mandaba enterrar todas estas figuras de soldados y caballos para que velaran por su seguridad tras su muerte. En realidad su tumba está a más de un kilómetro de distancia por lo que estas fosas quedan alejadas de la misma. La tumba ni siquiera ha sido excavada aún, por lo que nos avisaron que lo único se podría ver es una pequeña colina.

El recinto consta de 3 fosos, de los cuales el más espectacular es el primero. Unos 2.000 metros cuadrados aún sin excavar completamente donde pueden verse más de 1.000 soldados, carros y caballos y donde se cree puede haber más de 6.000 figuras una vez se termine con la excavación.

En los fosos 2 y 3, de menor tamaño, pueden verse entre otras cosas multitud de figuras de generales, carros así como restos del policromado de los guerreros, ya que originalmente estaban pintados de arriba a abajo.

Y por último, en el centro de información pueden verse dos carros de bronce encontrados en la propia excavación que resultan de lo más curiosos.

Lo que más sorprende de estas figuras es sin duda el detalle de las mismas. Desde los uniformes hasta la suela del calzado presenta infinidad de detalles, siendo encima cada uno de ellos diferente al resto. No en vano, trabajaron al rededor de 700.000 hombres durante 36 años para acabar las figuras, muchos de los cuales fueron posteriormente sacrificados para mantener en secreto la situación de las mismas. Puede parecer una obra desproporcionada la que mando hacer el emperador Qin, pero no sorpende si se compara con otra de las construcciones que mandó hacer este mismo emperador: La gran Muralla.

Tras este día creo que pude quitarme una de esas espinitas que siempre se tiene al querer visitar un lugar concreto, y esta era bastante grande… Aunque es verdad que con todo lo que oyes al respecto lo esperaba incluso más grande y con más figuras (ligera decepción), en un instante te llenas de emoción y empiezas a andar de un lado a otro, mirando todos y cada uno de los soldados y sacando fotos a diestro y siniestro y maravillándote con cada detalle que descubres. Es un lugar que en el silencio de las primeras horas te hace viajar hasta otro tiempo.

Llegar al lugar es sencillo, hay multitud de autobuses, oficiales y privados (no aconsejables ya que van parando cada 5 minutos intentando convencer a la gente de que monte…). Eso si, es aconsejable hacerlo a primera hora, para así poder disfrutar del foso nº1 casi en solitario, ya que la gente que se agolpa a las pocas horas de la apertura puede llegar a ser agobiante.

Para más información, la página oficial.